Fundación PazosCuhillo. 21 junio 2024 al 5 octubre de 2024

Siempre que miro atrás encuentro que, de modo no intencionado, el paisaje y la música son los dos vectores principales en mi trabajo.
Aprovechando la ilusionante invitación de Carlos y Montse a exponer en la Fundación Pazos Cuchillo, pretendo hacer una parada, mirar al horizonte, y recopilar una serie de proyectos recientes que reflejan bien estos dos mundos, a través de algunas obras preexistentes y de otras creadas para esta ocasión, este espacio y estas circunstancias.

Vídeo, instalación, objetos casi de juguete y fotografías, contienen en esta exposición mi visión del espacio, el paisaje, el micropaisaje y de la contemplación de lo inalcanzable. Todo esto entrelazado siempre con la música y la ambientación sonora.
Pretendo también que esa visión del paisaje en sus diferentes formas, y del horizonte en particular, se vea intervenida y modificada, convirtiéndose finalmente en algo íntimo, personal, casi religioso, y encerrado dentro de pequeñas cápsulas de contenido, ya sean artilugios que quepan en la palma de la mano, o salas en las que sumergirse formando parte de ese mismo paisaje.

Aunque por primera vez en mi trayectoria trabajo la imagen estática con la serie “Cielos Intervenidos” en la que llevo años experimentando, siempre acabo derivando hacia el vídeo como mi medio natural. Aún así en esta ocasión habrá piezas fotográficas en las que recupero el soporte fotoquímico tradicional de diapositiva y de microdiapositiva, en contraposición con la instalación multicanal de vídeo y luz láser de las piezas que en principio son más naturales en mi trabajo, y que estarán también presentes en esta exposición.

El sonido es la mitad de una película, y así ocurre en mis piezas, ya sean monocanal, instalaciones o acciones. Así en esta ocasión quiero destacar el trabajo de Marco Maril, que pone la ambientación sonora a varias de estas piezas e instalaciones (Faro Horizontal, Maçanetas…) y a Karen Vogt y Pepo Galán encargados de sonorizar una pieza especial creada en y para la ventana de la sala principal de la Fundación.

Todo audiovisual pretende, en esencia, capturar momentos del pasado y reproducirlos en el presente, pero en este caso la idea es recuperar momentos que realmente nunca existieron, para crear una memoria también inexistente e inalcanzable.

 

“Una vez que nos separamos de lo que podemos tocar, ese objeto se santifica; adquiere la belleza de lo inalcanzable, la cualidad de milagroso”. Nieve de primavera

“En el horizonte de lo inalcanzable, encontramos la motivación para trascender nuestros límites y alcanzar lo extraordinario”.